LA SERENATA SANMIGUELENSE EN LOS SESENTAS

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Descripción

Tomando en cuenta ahora un periodo más cercano al actual y continuando con el tema de la serenata sanmiguelense, en esta ocasión nos situamos en la década de los sesentas del siglo pasado, y veremos cómo se llevaba a cabo aquella bonita tradición antes de que San Miguel el Alto se convirtiera en ciudad en agosto de 1970, 54 años atrás.

Para empezar, un detalle muy expresivo acerca de la importancia de las serenatas de aquella época quedó plasmado en el libro «San Miguel el Alto, Jalisco» de Medina de la Torre (1967), y se trata de la vuelta por la plaza de armas que un 17 de mayo de 1962 por la noche dio el entonces presidente de la República Mexicana Adolfo López Mateos, para lo cual fue cedida la Banda del Estado.

Por otra parte, la revista «Guiasanmiguel» de julio 2009 dice esto:  «Ubicándome ahora en las serenatas de las Fiestas Patronales de los sesentas, una señorita entrevistada evocó cómo toda la comunidad lucía sus mejores galas en esta, predominando el respeto entre hombres y mujeres; anotó que los mayores, familias y coterráneos de clase socioeconómica alta se separaban en el primer paseo, esto es, en el aro que rodea inmediatamente al kiosco, mientras que en el paseo intermedio dijo daban vueltas los jóvenes asimismo de nivel socioeconómico alto del pueblo, los varones con traje y las damas con fastuosos vestidos y guantes, mientras que las personas de clase media y del campo, vestidas con  sus más finas ropas también, daban vueltas en el llamado paseo de afuera, todos bajo las notas de la música de la banda municipal; durante las fiestas la serenata terminaba a las 12:00 a.m.


»Siguiendo en la línea de los sesentas a lo largo del año, mencionó las divisiones de clase se perdían y la serenata culminaba a las 10:00 p.m. inflexiblemente, lo que sorprendía a los forasteros, al igual que la piedad que se evidenciaba al momento de los toques que anunciaban la Bendición con El Santísimo desde el templo parroquial, cuando la mayoría de los sanmiguelenses se hincaban y la banda dejaba de tocar por un instante, o años más tarde, permanecían al menos estáticos y al igual la banda se paralizaba, todo esto momentáneamente.

»Al igual, el espectáculo consistía en dos filas móviles de varones y damas que se encontraban y se acostumbraba regalar gardenias y botones de rosa, así como aventar confeti y serpentinas, con el denominador del respeto».    

Lic. Juan Ramón Jiménez Jiménez

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